"y no he terminado de aprender a caminar sin agarrarme a ti, un millón de sueños, antes de empezar a caminar voy a contarte...."
Había llegado muy tarde y sus miedos se habían echo realidad, se había pasado la vida postergando aquella visita, siempre ocupada, dejándola para después, sin pensar que algún día seria tarde.
En la casa ya no quedaba nadie, nadie que le pudiera explicar su origen, su historia, nadie le iba a explicar ya nada de aquel pasado que desconocía.
No sabia que lo peor que había en esta vida era la sensación de llegar tarde, sentir que ya no había nada que hacer, de arrepentirse de lo no realizado y ya no poder hacer nada; solo hay una cosa sin solución reza el dicho popular y esa es la muerte.
A su edad estaba aprendiendo una gran lección, la más dolorosa, porque la verdad es que su aparente indiferencia se estaba deshaciendo y era ella, sin estar presente la que se la había enseñado, ya no había marcha atrás, nunca más tendría la oportunidad se había ido para siempre, junto con ella.

Y a pesar de que alguien, a quien precisamente también conocí este año, me dijo que los mejores momentos no se fotografían o dado el caso no se publican, porque estas ocupado viviéndolos, está claro que últimamente con lo de las redes sociales hay una ligera linea entre lo que es sólo para ti y lo que compartes con el mundo, pero también está claro que esa linea la marcas tu. (Ahí dejo abierto el debate)
La fotografía es una afición que en mi caso me ha aportado mucho, muchísimo beneficio y que aún me lo sigue aportando, es importante conocerse a uno mismo y que cada cual escoja para ello el medio mas adecuado, a partir de ahí cada cual ya decide lo que hace después con ese conocimiento.
Personalmente un día elegí la fotografía para ello y a día de hoy me sigue dando sorpresas y enseñándome cosas de mi misma día a días.
Después decidí compartirlo con quien quisiera leerme en este blog.
Este 2018 ha sido el primer año que trabajo en un proyecto fotográfico personal y debo decir que a pesar de mi falta de experiencia al respecto, me ha sorprendido gratamente el resultado, y no solo en lo que a técnica se refiere, sino también en el ámbito personal, por supuesto. (y este si que no se hace publico o si, ya se verá mas adelante):
La cuestión, como siempre digo es conocerse, ser consciente de uno mismo y de lo que hace y del porque lo hace.
Feliz 2018 a todos.
Un día cualquiera de un mes de noviembre, decidimos visitar un lugar que sólo hablamos visto en fotos por internet, para llevarnos nuestra propia visión a casa. Decir que a pesar de la improvisación, no decepcionó en absoluto.
¿Qué diferencia hay entre dejarse llevar y no pensar en lo que se esta haciendo? ¿Cuál es la diferencia entre ser obediente, disciplinado y no cuestionarse nunca nada? ¿Tomar un camino desconocido que no sabes a donde te llevara, o quedarte en la senda que ya conoces? Somos tan reacios a los cambios como adaptables a ellos, esa es la cuestión; ¿si somos tan flexibles porque nos cuesta tanto? Dejarse llevar por la corriente suele ser mas fácil que obcecarse en elegir una orilla, por si esta decisión...nos obliga a hacer el esfuerzo de nadar contracorriente. Nunca podemos saber lo que nos depara el futuro, aunque a veces lo intentamos pensando que todo sería más fácil, muchas veces lo intentamos, demasiadas.... pretendiendo quizás mantenernos en esa tranquilidad que nos aporta el saber que ocurrirá, la seguridad, aún a riesgo de que esa estabilidad nos este causando daño. Pero la realidad es que nunca sabemos lo que pasara y a veces a pesar de la incertidumbre eso es los que nos motiva, lo que le da vida a la vida. Que obstinado es el ser humano, empeñado en ir por un camino, aunque esté lleno de piedras, aun existiendo la posibilidad de encontrar una senda mejor, y hacia un nuevo destino puede que mejor. Solemos postergar la responsabilidad de nuestras decisiones más importantes, esperando a que llegue el mejor momento, a que se solucione solo, como sino hubiera pasado; pensando que de repente todo será mas fácil. Pero la chispa, las oportunidades no se presentan de manera fácil, porque si sigues siempre la corriente nunca hay sorpresas ni buenas ni malas, las buenas las disfrutas, las malas las digieres y aprendes de ellas. El subidón de adrenalina que te aporta un nuevo comienzo, es mayor y más fuerte a cualquier miedo que te pueda invadir. ![]() |
foto by Jordi Picart |
![]() |
fotografía by Jordi Picart |
Hay veces, en las que la vida, te pone en situaciones de las que parece que no vayas a salir nunca; somos incapaces de ver la salida y la verdad es que la mayor parte de la veces, la vida misma te la esta mostrando, las prisas y los miedos nos ciegan y acabamos por no verla o por renunciar a salir por ella.
Se me fue la fuerza por la boca, tanto que quedé exhausta; deje de gritar, las lágrimas se acabaron secando, ya vacía y sin aliento todo se sumió en un silencio, dejé de oír ruido fuera y se empezó a escuchar lo que había dentro.
De entre el mejunje de sentimientos, uno de ellos se abrió paso; el miedo fue el que salió primero, aunque esta vez no era uno sino dos. Dos muy grandes, dos miedos que luchaban entre si porque llevaban a destinos opuestos. Uno forzaba a correr sin destino, solo correr pero muy lejos de allí. El otro me animaba a esconderme , callar y esperar que todo hubiera pasado.
Por primera vez en la vida, el miedo a quedarse fue mayor al de aventurarse a lo desconocido. Sabido era ya de sobras lo que esperar si se quedaba, esta vez salir corriendo era más seguro que permanecer allí y volver a caer, en ese pozo en el que un día ya estuvo atrapada.
Esta vez la experiencia le estaba recordando que el fuego quema porque ya se había quemado antes.
Y aunque el paso del tiempo cierra las heridas, las cicatrices quedan en el alma y sólo accedemos a ellas a través de ese dolor, que te lleva a ese miedo y hay que ser capaces de sentirlo para después dar ese paso. Soltar esas cadenas qué nos atan a castillos en el aire, con ataduras de miedo.
Hay que ser capaces de mirarnos al espejo, mirar donde siempre evitamos mirar y hacernos esa pregunta a la que tanto tememos responder, solo así encontraremos la verdad.
A veces no es necesario saber lo que queremos, basta con saber lo que no queremos.
Mientras llega, los más impacientes registramos con ahínco nuestros bosques, en busca de cualquier pista, que nos anuncie nuestra época preferida para desenfundar la cámara e inmortalizar esa paleta de colores, que tanto nos gusta.
Como ya dije en el post anterior, benditas vacaciones, pero aunque parezca mentira de eso han pasado ya casi tres semanas y con ellas las vacaciones.
Todo se acaba, ahora llega el temido "postvacacional". Para mi, siempre fue algo que se encargan de solventar las fotos, revivir los momentos y recordar las experiencias una y otra vez.
A mi parecer, esa es la función principal de las fotos, sobretodo las de las vacaciones, que suelen recordarnos buenas experiencias.
Hablando de experiencias, a pesar de que soy una persona muy de planear y de muy poco improvisar, este año he probado cosas nuevas, no es nada que haya inventado yo, hasta mi padre ya lo había echo alguna vez, (en eso esta claro que no he salido a él) aventurarme por ahí sin saber si tendré donde dormir. Aunque es algo que prefiero tener bien atado y con tiempo, hoy en día, por suerte internet te solventa bastante bien cualquier cambio de planes.
Nunca había improvisado tanto, de lo que iban a ser unas vacaciones tranquilas y relajadas en el pueblo de mi familia materna, hemos pasado a un recorrido de vuelta de 1315km, con paradas improvisada y visitas express de ciudades que nos han dejado un cansancio absoluto, unos desayunos tremendos y muchas, muchas ganas de volver...
![]() |
Preparar la ruta previamente y visionar las fotos después, cosas que nos ayudan a ampliar mentalmente esas vacaciones, que suelen parecernos cortas. |
![]() |
Una parada para tomar algo fresco en nuestra visita a la ciudad, puede servir para definir un recorrido. |
Cada uno a su rollo, para eso son las vacaciones, me gusta estar informada y registrar los detalles en mi diario para luego complementar las fotos que he ido haciendo. |
Se que no debería ser así, pero a veces, hay unas épocas del año más propicias que otras para sacar la cámara de paseo. Es lo qué me ocurre a mi en primavera, quizás la cámara salga más, porque también lo hago yo ... el caso es que hay ocasiones, en las que hasta me cuesta seleccionar a que hacer fotos y a que no.
En primavera todo está tan bonito que prácticamente todo es válido.
Cierto es que siempre hay algo que llama más la atención. En mi caso la naturaleza y más concretamente las flores, suelen acaparar casi toda mi atención.
¿Y tu, también disfrutas de la primavera aprovechando más el tiempo al aire libre?
Había leído bastante y había visto infinidad de fotos , tantas que quizás me sobrepase con las expectativas. (bueno esto en realidad fotográficamente hablando casi siempre acaba pasándome)La cuestión es, que tenia tantas ganas de verla, que la noche anterior a la visita programada hicimos una especie de escapada para inspeccionar la zona, de poco nos sirvió ya que apenas vimos nada. Estamos tan acostumbrados a la luz eléctrica, que en ocasiones se nos olvida que la naturaleza baja la persiana de su maravilloso espectáculo cuando el sol decide marcharse, aunque a veces la última función es la más fascinante...
![]() |
la mezcla de contrastes es una de las cosas que llaman más la atención. |
![]() |
La mejor parte de la función empieza justo cuando el sol se marcha. |
![]() |
La luna decidió unirse al espectáculo justo en la últimas luces. |
![]() |
Todo intento por mostrar la inmensidad de la duna fue poco, ese puntito de ahí es una persona. |
Una vez más, alimento mi hambre de viajar con pequeños tentempiés, de recuerdos de los viajes pasados, a la espera de nuevas escapadas.
Es otra de las razones por las que hago fotos, para recordar, para vivir el momento y después revivirlo una y otra vez, además de compartirlas, claro.
Las fotos tienen poder, te transportan de nuevo a aquel lugar, te hacen sentir lo que sentiste, en el mejor de los casos, en el peor te sorprenden porque no te acuerdas de aquello que estas viendo. (este es un caso peculiar)
A veces pienso que me encantaría ser bloguera de viajes, para estar siempre moviéndome y conociendo el mundo, pero también he leído sobre personas que han dado el salto y comentan que se sentían mejor cuando no tenían la presión de publicar sobre el viaje y que disfrutaban mas antes.
No lo se y como no lo he probado, me quedo como estoy.
Y después de esta mini reflexión personalísima, vamos a lo que nos ocupa.... este post lleva bastante tiempo siendo postergado y gracias a una amiga que me lo ha pedido hoy verá la luz. Espero que te sirva de algo!!!
![]() |
la tour du château du Roy es la torre a la que decidimos subir para observar St. Emilion desde las alturas. |
Que si un lugar te enamora es por lo que te hace sentir, esta claro, en alguna que otra ocasión porque te transporta a otro al que te recuerda con su aspecto, también. este fue mi caso con St. Emilion.
Acudimos a St.Emilion ante la imposibilidad de hacer caso omiso a las miles de recomendaciones tanto leídas en internet, en guías o aconsejadas por gente cercana que inevitablemente nos llevaban a ella. Y no defraudó, en absoluto. en nuestro caso fue visita mas fugaz que otra cosa pero la verdad es que ST. Emilion vale la pena verla a sorbitos, despacio y saborearla.. nunca mejor dicho.
Cada uno que se fije en lo que le apetezca, en mi caso, no fue para nada el vino, aunque si algunos precios para mi desorbitados que colgaban de algunos de los caldos.
Aunque para variar, los suelos empedrados, las casas y como no inevitablemente los tejados fueron foco de mi atención.
Lo ideal es empezar por decidir desde que altura quieres ver St, Emilion, desde el campanario de la iglesia o desde la torre del castillo del rey. A partir de ahí ya puedes perderte por sus calles, lo dicho sin prisa y con mucha pausa porque este lugar es para disfrutarlo.
Acudimos a St.Emilion ante la imposibilidad de hacer caso omiso a las miles de recomendaciones tanto leídas en internet, en guías o aconsejadas por gente cercana que inevitablemente nos llevaban a ella. Y no defraudó, en absoluto. en nuestro caso fue visita mas fugaz que otra cosa pero la verdad es que ST. Emilion vale la pena verla a sorbitos, despacio y saborearla.. nunca mejor dicho.
Cada uno que se fije en lo que le apetezca, en mi caso, no fue para nada el vino, aunque si algunos precios para mi desorbitados que colgaban de algunos de los caldos.
Aunque para variar, los suelos empedrados, las casas y como no inevitablemente los tejados fueron foco de mi atención.
Lo ideal es empezar por decidir desde que altura quieres ver St, Emilion, desde el campanario de la iglesia o desde la torre del castillo del rey. A partir de ahí ya puedes perderte por sus calles, lo dicho sin prisa y con mucha pausa porque este lugar es para disfrutarlo.
![]() |
desde allí la panorámica resultaba, para mi, encantadora. no pude apartar la vista de los tejados. |

![]() |
Los objetivos tampoco, hice infinidad de fotos a estos modelos inamovibles. |
![]() |
Los que nos movimos somos nosotros, pero el panorama seguir siendo espectacular miraras a donde miraras. |
![]() |
Pequeños rincones como Le clôitre des cordeliers, me pareció un lugar con mucho encanto donde podías entrar a pasear , sentarte a reposar, tomarte algo y disfrutar de una merecida parada técnica. |
En resumen lo que se necesita para disfrutar de St.Emilion, son ganas, tiempo y dejarse los tacones en el coche, por lo demás como siempre, lo mejor es dejarse llevar y perderse.