"y no he terminado de aprender a caminar sin agarrarme a ti, un millón de sueños, antes de empezar a caminar voy a contarte...."
HabÃa llegado muy tarde y sus miedos se habÃan echo realidad, se habÃa pasado la vida postergando aquella visita, siempre ocupada, dejándola para después, sin pensar que algún dÃa seria tarde.
En la casa ya no quedaba nadie, nadie que le pudiera explicar su origen, su historia, nadie le iba a explicar ya nada de aquel pasado que desconocÃa.
No sabia que lo peor que habÃa en esta vida era la sensación de llegar tarde, sentir que ya no habÃa nada que hacer, de arrepentirse de lo no realizado y ya no poder hacer nada; solo hay una cosa sin solución reza el dicho popular y esa es la muerte.
A su edad estaba aprendiendo una gran lección, la más dolorosa, porque la verdad es que su aparente indiferencia se estaba deshaciendo y era ella, sin estar presente la que se la habÃa enseñado, ya no habÃa marcha atrás, nunca más tendrÃa la oportunidad se habÃa ido para siempre, junto con ella.