Como montar una sesión de fotos en el campo cuantos mas seamos mejor....
Llevábamos semanas o meses planeando una sesión de fotos en el exterior cosa que suele depender de varios factores bastante ajenos nosotras, sobretodo el tema clima...
por suerte en los veranos suelen abundar los días buenos, ya teníamos el sitio localizado solo restaba concretar detalles.
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| Lo bueno de mis sesiones de fotos, (si es que se las puede llamar asi) es que mas que una sesión es una quedada entre amigos. Lo que mas me gusta es que se implican todos cada uno a su manera y se organizan para que todo acabe quedando genial. Siempre. |
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| Como peluquera de profesión que soy, ya que la fotografía es solo un mero hobby, no podía faltar ese detalle en las modelos, peinados a la carta. |
Aunque hay que decir que ellas mismas son lo suficientemente apañaditas y se bastan y se sobran.
Si vas con tiempo, como fue el caso, te puedes entretener en peinar, maquillar, investigar la zona e incluso echar una siesta como se podrá ver en la segunda parte de este post.
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| Aun a riesgo de parecer insensible o incluso frivola al respecto a mi personalmente lo que mas me llamó la atención de esta sala, con toda la información que había dentro es que se hubieran habilitado redes como cortinas. |
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| La calles y tiendas de Morella están llenas de Pequeños detalles que le dan ese toque tan encantador que tienen los pueblos. |
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| Todo, absolutamente todo en Morella es tremendamente fotografiable. |
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| En mi defensa diré que parte de que Morella me causara esa impresión de calidez y encanto es porque me trae recuerdos del pueblo de mi padre que esta en Andalucía, ya que tanto las calles empedradas como las paredes encaladas no dan lugar a otra cosa, lógica tambien ya que ambos son de origen musulmán. |
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| Desde lejos, y como toda ciudad que posea un castillo, Morella ya tiene una silueta atrayente. |
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| Detalle de un tejado de Morella. |
Antes de nada aclarar que el safari era meramente fotográfico y que los únicos disparos fueron con cámaras y objetivos, así es como denomina a veces Abel salidas que hacemos al Delta del Ebro en busca de alguna que otra buena captura.
