Hoy hace un año que la vida nos sorprendió a todos y cada uno de nosotros , lo más insólito aún a dÃa de hoy no deja de ser que como viéndolo venir nos pilló tan desprevenidos, incoherencias del ser humano supongo. Un año de algo inaudito e inimaginable, una pandemia mundial y un confinamiento. Palabras que hasta entonces sólo sonaban en los guiones de las pelÃculas y en las novelas y que ahora han pasado a formar parte de nuestra vida como la cosa más rutinaria. Un año de incertidumbre, miedo, desconocimiento, enfado, tristeza y sobretodo de echar de menos. A la vez que de valorar muchas cosas que en su dÃa dábamos por sentadas y que esta bofetada de virus nos ha borrado de un plumazo.
Lo bueno de todo esto es precisamente el volver a valorarlas y volver a disfrutarlas como se merecen, como nos merecemos, cosas tan sencillas como un viaje de 30 minutos para ver a alguien que tienes a apenas 10km y aun asà hace casi un año que no ves y sentir ese abrazo que me pilló tan desprevenida y que consiguió arrancarme las lágrimas, mientras esos bracitos pequeños pero fuertes me apretaban, son las sorpresas que merecen la pena de la vida. Y que bueno saberlas valorar.