Una vez más al igual que en otras ocasiones mi pasión por la lavanda y mi objetivo macro son dos cosas que me salvaron estos meses atrás de parte del agobio en el confinamiento. A veces incluso con la aparición de algún espontáneo siempre bienvenido en estos casos.
TÃmidamente al principio, aunque es cuestión de paciencia y sigilo en este caso, finalmente conseguà algunas fotos inesperadas aquella tarde.